jueves, 27 de diciembre de 2012

Móviles

Al perderte yo a ti
tú y yo hemos perdido.
Ernesto Cardenal



Lugares comunes donde nos encontramos

siempre en los sueños
y donde nuestras miradas se cruzan
con interrogantes
                  y las respuestas halladas a flor de labios.




Somos partículas cuyas órbitas
se distancian y se acercan
pero nunca se tocan

y no sabemos cuál será nuestra 
ilusión

si acaso no vivimos desilusionados.




Porque la distancia 
aflora los recuerdos...
aunque yo no quiero que sea solo eso
pero tal vez es lo único 
y lo mejor que nos queda.





Pensar en siluetas
fragmentos de memoria
impregnado del aroma 
de tus recuerdos,
y tú tan ausente,
siempre me acompañas 
en estos instantes de olvido.






Nombre de luz que oscurece sombras
halo que me mantiene en vilo
figura segura
agua del desierto
palabra que nombro en los auges
recónditos de mi soledad
estrella nombre
estrella cuerpo
eres todo lo que yo no soy 
y por eso te quiero.




Incluso antes del insomnio
te pienso
y en tu ausencia 
conjuro tu nombre 
y desaparezco

porque este bosque es amplio 
y tus ojos están muy lejos

estrellas que se    
ocultan en el gris 
del firmamento.






Piensas en formas incogruentes
y en tu destino arrollador 
y pletórico

te sumerges en la niebla de tus ojos 
y en tu juego de azar

me condenas sin saberlo 
expectante de una clara sonrisa
yo
pobre desgraciado 
incierto en su destino.




Neblina pasajera es la
sonrisa permanente
relámpago fugaz 
que perece

cuando el vacío 
es igual al olvido
`pero en realidad 
resulta todo lo 
contrario

entonces se carga 
con toda la tristeza 
del mundo sobre 
los hombros
y el corazón.




Cabe la posibilidad de vivir en un mundo de sueños
donde lo único imperativo sea tu nombre
el silencio que reina
al despertar

porque puede ser tu ausencia
la que abarca todo este vacío
que llevo por dentro.







martes, 16 de octubre de 2012

De la creación de la nada o de por qué siempre escribo lo que no quisiera escribir (una más sobre Cortázar)


I

"El libro de nuestra vida 
no siemrpe puede leerse 
entero y encuadernado".
Julio Cortázar


Toda una alegría leer a Cortázar. Siempre Cortázar, su forma de crear, de Hacer literatura y de romper con los signos y las formas... Continuidad absoluta del tiempo en pasajes enrevesados o caminos cruzados. Un hombre parpadeando con ojos de gato y mirada despierta. Tal vez nadie pueda contemplar el entorno tal como él lo hizo. Nadie sabría explicar lo absurdo y lo paranoico sin una tranquilidad tan laxa. Pensar en cosas y costumbres, en certezas e incertidumbres y luego estar en esta realidad, tan fuera del espejo, tan lejos de la mirada del otro que no es sino uno mismo, y verlo a él, contemplando las cosas con cierta curiosidad y tomando notas para un futuro relato; y verse él allí, dentro del relato, contándose como personaje sin darse cuenta que soy yo que escribe sobre él y no él escribiéndome como uno de esos personajes insólitos que escriben sobre otros personajes. Es él quien crea esta reseña para completar un juego de espejos donde ninguno de los dos nos vemos las caras, pero sabemos que estamos ahí mirando las sonrisas a través de las distancia en ese reflejo de palabras y acciones que de a poco, y sin saberlo siquiera, se desvanece.








II

Siempre Julio, forever Cortázar. Siempre anoto frases -todas las cuales tengo desaparecidas, vaya a saber usted dónde- y a partir de esta pensé en escribir un cuento (y dale con lo mismo, otra vez escribiendo. ¿Y para qué escribes, si sabes que no te van a leer?) pero no siento conexión alguna; más bien siento que es el mismo Cortázar que dicta y me dice "es bueno que sigas escribiendo vos, que te parecés tanto a nosotros los cronopios" (Ya está, que alguien se lleve al siquiatrico a este pobre chalado). y ahora me encuentro sin nada sobre qué escribir leyendo y releyendo esa nota, ese epígrafe con el cual quería comenzar un cuento, pero no estoy seguro; mientras, escucho la voz de Julio diciéndome que escriba.

  Es sorprendente sentir tantas emociones y consternaciones al leer sus cuentos; pero últimamente me he preguntado qué tal sería leer su vida -no digo sobre su vida, sino leer su vida- (ahora sí, de paso querer averiguarle la vida a un pobre muerto; vaya a saber qué se le ocurrirá ahora) Por desgracia, eso no se puede hacer, porque para leer la vida de alguien, ese alguien debe estar vivo, y en el caso de Cortázar, él falleció dos años antes de mi nacimiento -lástima no haber nacido en esa época donde era alucinante saber que se podía topar con un escritor a la vuelta de la esquina-. Aún así, leer sus cuentos y lo que dejó desperdigado me deja atónito -y pensar que uno a veces piensa en "las nuevas formas de la literatura"

Y aquí estoy, leyendo y releyendo esa cita de Cortázar: "El libro de nuestra vida no siempre puede leerse entero y encuadernado". Lo que me lleva a pensar: ¿Cómo leer la vida de alguien? ¿Por dónde empezar? Existen las biografías, pero estas no son suficientes. Esto, por cierto, me lleva a pensar en lo curiosos que somos (¿Y ahora es que te vienes a dar cuenta de eso? Sobre todo tú, que quieres averiguarle la vida a un pobre muerto), en querer saber más y ver cómo eran, y cómo son, los demás. De allí proviene la literatura: de la curiosidad -claro, sé que no estoy descubriendo nada nuevo, por si alguien me reprocha la estúpida idea de ser un teórico de causas ya concretadas, y utilizo esta palabra a falta de otra más concreta- y de querer los libros de la vida de los otros.

  Libros que jamás terminaremos de leer; y que por estar fisgoneando en la literatura real de los demás, nos olvidamos de la propia; olvidamos indagar en nuestras propias historias; inventarnos, re-inventarnos. Saber quienes somos para luego re-escribirnos y así poder tener una noción quizá del mundo; o dejar la huella latente de que una nueva historia está en proceso de formación. Al menos eso Cortázar lo tenía muy en cuenta. Por eso sus relatos partían de él, de sus sueños y pesadillas (Ya deja de escribir. Mejor ve a dormir, eso... mejor así, mañana debes trabajar y ve a saber qué nuevas idioteces se te ocurrirán


P.D: Pido disculpas a los improbables lectores que lean esta notarelatocríticaensayo o lo que sea que el pobre amigo acá trató de escribir... en estos momentos está recibiendo atención siquiatrica a ver si de una vez por todas deja tranquilo y en paz al pobre hombre del espejo.

miércoles, 4 de julio de 2012

Cápsula

La fortuna la dejan entre paredes 
sin palabras que chamuscar 
de todo el silencio que se anida 
en equivocaciones recíprocas 
ante la premura del espacio que nos 
esparce en simples 
partículas atómicas 
a lo largo de toda esta infinidad de tiempo 
que se vuelve un segundo
solamente una cápsula de todo lo que seremos.

domingo, 10 de junio de 2012

Cicatrices

y aunque conquiste
el espacio.
Zapato 3


Otra vez suena el teléfono. Una, dos, tres veces. Y no contesta. Callada, busca la sombra de lo definitivo, de lo que escuchó esa mañana. Es muy probable que no entienda las razones. "Porque no hay razones", le escuchó gritar. Un grito desesperado, y de nuevo el teléfono: "quiero saber si estás bien, si necesitas algo, llámame". No vale la pena contestar las llamadas. No vale la pena escuchar a los demás lamentarse por lo sucedido. "No es tu culpa", ha escuchado decir durante el funeral. Un no es tu culpa tan reiterativo que por momentos creía que sí lo era. Todos los días compartidos, las miradas cómplices y los deseos de estar siempre juntos. Todo mentira. Las canciones, las miles de canciones que cantaban juntos: "amo lo que conozco", y los ojos brillantes como con ganas de adueñarse del mundo; "y lo que nunca tendré", y no sabía hasta qué punto eran verdaderas aquellas palabras. Y detiene la grabación. Lo que viene son puñaladas profundas que dejan cicatrices. Y no quiere pensar en ello.

y quedarse pensando en lo que pudo suceder pero no fue.

  "No hay razones". Todavía no entiende. "Si no habían razones entonces..." y se detiene antes de hacer la maldita pregunta absurda e ilógica. "Amo las estrellas que están en tus ojos", le dijo mirándola firmemente, mirándola para siempre. Porque ella nunca podrá olvidar esa mirada. De repente el llanto. Y las estrellas que se clavan en sus ojos en una noche fulgurante y de luz.

  Ella piensa en esa palabra en infinitivo: Amar. Porque si se ama entonces hay motivos para vivir; y si se vive es por amor. "Por favor llámame. Estamos muy preocupados por ti". Escucha la canción. Ella no cree en las dedicatorias ni en las canciones, pero igual la escucha porque lo escucha a él. "Y aunque conquiste el espacio, y supere mis límites". Ella cree que fue eso. "No hay razones". Superó sus límites, eso fue todo. Ella sabe que no fue su culpa. Ella lo quería; pero él superó sus límites. Y se fue. Viajó hasta el fondo del océano, algo así como su propio infierno. "Por favor lláma..."
Decide descolgar el teléfono. Total, es su dolor, y son esos ojos que ahora brillan en las estrellas, allá en el inmenso cielo.

sábado, 12 de mayo de 2012

En torno a la ficción

No me caracterizo por hacer citas, ni tampoco concertarlas; pero hace poco leyendo algo de entre tantas cosas, pensé en algo curioso que puede o no puede suceder: la irreversibilidad de la vida. Suena estúpido tal vez pensar que la vida tenga un reverso. Tal vez no sea un reverso como tal, sólo puede que sea la capacidad de estar aquí en un instante previo para estar. Sucedió una vez cuando alguien en la calle dijo que esa situación en específico ya la había vivido. Estábamos parados en una de las tantas esquinas esperando cruzar la calle, cuando de repente la conversación se detiene y se escucha decir: "Yo ya había hecho esto, y había dicho lo mismo, esto ya lo viví, esto ya lo viví". Esta escena podríamos sacarla de uno de los cuentos de Cortázar, pero no es así. En el Perseguidor, Jhonny está tocando y se detiene bruscamente para exclamar : "esto ya lo toqué mañana, esto ya lo toqué mañana", conjugando pasado y futuro en una acción que es momentánea y circunstancial para hacerlo infinito dentro de la misma rutina y el presente que se vuelve tan vulnerable ante la idea de que estamos repitiendo lo mismo y lo mismo y lo mismo cientos de veces; como si viviéramos el eterno retorno del que tanto habló Nietszche. Puede que hayamos soñado algo, o hayamos hecho algo idéntico a lo que se está haciendo y lo confundamos. Pero si la verdad no es esa, puede que viajemos, sin saberlo a otra dimensión y otras circunstancias de la que tanto hablan muchos escritores:  "no estoy tan presente cuando escribo y soy otro mientras plasmo lo que pienso y vivo lo que escribo".
Hombre girando en un solo pie


  Es tan curioso notar los puntos de fuga cuando se camina por la calle. Tantas personas y tantas situaciones, y sin embargo, enfrentar la cotidianidad con una sonrisa estentórea para luego aprovecharnos y crear esos mundos paralelos de donde salimos, de donde posiblemente haya una fuga y confundamos sin notarlo siquiera el mundo de la ficción en la que habitamos con el de ellos, de donde salimos. Por eso tal vez la confusión, y tal vez los paralelismos. Algo es seguro: "no estar es peor que perderse en la niebla buscando al escritor ideal que nos dé la vida entre miles de rostros que tal vez pasen desapercibidos". 

martes, 8 de mayo de 2012

Sueños

Era su sueño más recurrente. Y es que ser atropellado no era sólo una pesadilla, también una obsesión. Una vez conversó con Andrea sobre el asunto, y ella entró en pánico. "Es fácil ser atropellado", le dijo, y ella quedó con la sensación de horror y la preocupación de enterarse si eso llegara a suceder.

Calles

 Cada vez que va por la calle, al cruzar una avenida, se lanza con la expectativa de sentir el impacto, el dolor que tanto le obsesiona, y la imagen de horror de Andrea al verlo en los periódicos o en las necrológicas. Sin embargo, su suerte es tan (des)afortunada que no le sucede nada. Y es que en sus sueños el impacto es tan real que no sabe que ha muerto cientos de veces bajo las ruedas de esas máquinas que siempre andan con prisa.

martes, 17 de abril de 2012

La vida en la otra vida





A algunos de mis amigos del facebuc los conozco desde hace algún tiempo, otros desde hace muy poco, y otros desde que decidieron agregarme como "amigo". Hay que ver la relatividad en esta complicada red social, donde cada quien publica fotos y caritas felices o tristes, dependiendo del estado de ánimo. Un relato sobre facebuc primero tiene que comenzar con la grafía hispana, pues nosotros deberíamos decir facebuc, en vez de feisbuc... me gusta más decir "facebuc", no le doy crédito a nadie por mi pronunciación ni por cómo se debe decir; que los políglotas se encarguen del asunto.


  A lo que iba, un relato sobre el face, ¿cómo debería comenzar? Una de las ideas puede ser una especie de trhiller, de película de suspenso. Pero no cuadra la cosa. Y cuando digo cuadrar quiero decir encajar (por si los puristas andan por ahí), sobre todo porque no soy bueno para el suspense. 


  Muchos consideran que los chistes es la mejor forma de pasarlo bien, aunque un relato sobre facebuc debería comenzar con la siguiente pregunta: ¿qué significa un estado cuando escriben estados de ánimo? Es una pregunta válida, porque si no, ¿cómo explicaríamos que alguien que escriba lo siguiente :-( tenga consuelo inmediato de unos cientos de internautas que andan fisgoneando y velando por la salud virtual de sus virtuales amigos?


  Una vez, conversando con Parra, él me dijo que él era, o es su perfil en facebuc. Entendí muy bien lo que quiso decir: él no se inventa una personalidad virtual, sino que tal cuál es, lo refleja, no escribiendo tonterías, sino aportando datos de muchas cosas interesantes y siendo él mismo en las conversaciones virtuales. Lo mismo hace cuando caminamos por ahí o hablamos en un café casi que a gritos. En otras palabras, no se inventa nada. Y esa forma de ser en la virtualización de la realidad la llamó con un término muy curioso: transmodernidad. Y es difícil mantener la esencia de uno mismo en un ¿lugar? donde muchos se inventan historias o hasta cambian de personalidad. En resumidas palabras, si es que entendí algo, la transmodernidad es la transposición y la conjugación (como los verbos) del mundo real con el mundo virtual sin perder la esencia misma del ser (a quien le interese, leer Platón). 


  Así, un simple relato sobre el facebuc y sobre mis amigos que allí habitan se convierte en este momento en una cuestión metafísica que un filosofo colombiano resumió con las siguientes palabras en un marco virtual: 


"Y ud, ¿qué hace conectado?"


  Como si todo el mundo cupiera en una computadora y todo el espacio que se habita no es otro que las miles de opciones de ver fuera de la realidad cuando la realidad nos llama a participar en el entorno donde un árbol echa a florecer sus últimas hojas.

domingo, 1 de abril de 2012

Tarde imprevisible

Me niego a pensar que está allí. Es como el cuento de García Márquez que leí por primera vez... la del muchacho que ve todo desde su ataúd, y que sabiendo que está vivo se cree muerto; o ellos lo creen muerto. Es una situación parecida. ¿Qué tal si quiere decir algo antes de irse? ¿De dejar sus últimos recuerdos por escrito, o sacar las fotografías escondidas junto con las últimas barajitas de la infancia, esas que compartíamos y a veces escondíamos porque eran de buena suerte?

  No espero a que todo termine aquí. Tengo una percepción de la realidad de la que el resto de las personas carecen. No, no puedo ver a los muertos. Pero sí puedo recordarlos, y devolverles la vida en un espacio de tiempo: en la memoria. Hay canciones que hablan de ello: "si piensas en mí viviré en ti", o algo por el estilo dice una de las canciones de Mago de Öz. Las intuiciones a veces no son precisas; pero siempre recuerdo ese cuento de García Márquez, y me pregunto cómo será verse a uno mismo desde afuera, desde otro ángulo; incluso sin ser uno mismo y que no nos podamos reconocer en lo que somos o seremos. Teoría de las probabilidades. "No existen las casualidades, sino las causalidades", dicen muchos. Yo creo que existen ambas: no somos dueños del tiempo ni podemos sujetar los acontecimientos. La oblicuidad de la vida, como la podrán llamar algunos. 

Recuerdos de infancia
  Yo no estoy exento de memoria, pero tampoco soy un Funes. Puede que sea un desheredado, el tiempo me ha jugado malas pasadas, y la vida sencillamente ha sido un trajín y un ir y venir con fatigas y desesperanzas. Todavía recuerdo esa tarde de Junio donde nos sentamos a conversar y planificar lo que haríamos en el futuro; ninguno de los dos sabíamos que pronto la oscuridad se cerniría; sí, así en estilo romántico. Porque eso es la nostalgia: romanticismo puro. Cada fotografía se convierte en suceso, en una nueva historia que hay que contar porque la nostalgia olvida, el desamparo olvida... el dolor que nos pertenece y sus recuerdos que ya no son efímeros, sino constantes imperdurables que nos acompañarán hasta que nosotros mismos dejemos de existir.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Juegos

Te pienso en esta ausencia de recuerdos
en los resquicios que encuentro tras la luz 
de la última lámpara


Te pienso mientras juego al carnaval de las sonrisas 
a mostrarme de acuerdo cuando no sé si es real 
lo que sucede o sueño lo que interpreto


Te sueño mientras juego a que recuerdo 
ausencias desvariadas 


Te recuerdo
simplemente porque no sé 
si estoy aquí
o en esa ausencia que te marca.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Necrologica

Hacer del conocimiento público las causas de su muerte no era lo apropiado. Mientras lo pensaba, se imaginaba su cadáver allí,  en el sitio que había escogido. Aunque por un momento el miedo lo invadía, se dirigió con firmeza a su dormitorio. Lo tenía decidido. No quería dejar notas ni mensajes, era su decisión... ya no habría más engaño. 

Al día siguiente su esposa encontró el lugar vacío, la casa desahuciada, y en el jardín, flores que adornaban una tumba.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Puente

 Cruzar el puente una y otra vez 
ser un viajero sin rumbo 
sin distancias 
sin contar los días ni las horas 


Caminar el puente 
cruzarlo y devolverse 
como yendo y viniendo a través de la vida y la muerte 
y mirar abajo 
el río que se expande 
llamativo 
susurrando algún regreso 
alguna piedra cuya silueta indica 
que allí yace tu cuerpo.

domingo, 5 de febrero de 2012

La inmortalidad.

¿Dónde estaremos de aquí a cincuenta años? ¿Con quién nos toparemos? ¿Quién formará parte de nuestra vida,  y de qué forma influirá sobre ella? Y lo más importante, ¿cómo queremos que se nos recuerde en nuestra inmortalidad?


Añadir leyenda
Es un juego apasionante ver a los demás y hacer suposiciones sobre ellos; jugar con la teoría de las casualidades. Que alguien haga algo que afecte indirectamente a otros, ¿cómo es posible que pueda suceder? Y actuamos precisamente para dejar una huella... no un legado, sino una huella. Hacemos todo lo posible para que nos recuerden cuando no estemos. La marca tangible de lo que somos y fuimos. En eso consiste la inmortalidad, en el gran juicio que nos harán aquellos que conocimos cuando ya no estemos.

lunes, 23 de enero de 2012

La Sopa: el plato de inicio del fin del mundo



Ya se sabe que a los gringos no les gusta comer Sopa. Y ahí están, armando su sancocho para comérselo con ese gustazo que sólo a ellos les apetece. Ellos van por un lado mientras que el resto del mundo va por otro, aunque a ellos los sigue un montón de gente. A estas alturas podría uno preguntarse: "¿será que lo de la S.O.P.A no es más que el inicio de este inicio de fin del mundo?" Tal vez sí, tal vez no. Mientras tanto, veamos si ellos pueden digerir ese sancocho que con su inexperiencia harán, y luego veremos cómo ponen cara de asco cuando no les guste su propio plato.














                                                                  




                                                                   Imagen tomada de: carloscastrom.wordpress.com

sábado, 14 de enero de 2012

Historia de fin del mundo: Preludio

Dos borrachos bailaban mientras llegaba la hora crucial. Nosotros, del otro lado de la calle, los mirábamos. Otro sujeto los grababa. Ellos gritaban constantemente "¡este es el baile de fin del mundo, este es el baile de fin del mundo!" Algunos pensaron que ambos deliraban debido a la borrachera. Pero lo que ambos gritaban no era ningún cuento. Nadie estaba preparado sino para celebrar. Cervezas, champañas, sangría, ron... todas las bebidas preparadas para la celebración. Nosotros reíamos. Pobres ingenuos, escuché decir, y luego la carcajada incontenida. Ahora muchos se arrepienten. Nada puede compararse al frío ostracismo en el que nos sumergimos. El fin no ha llegado, es cierto. Pero la historia de fin del mundo muy pronto será escrita.

miércoles, 4 de enero de 2012

Sobre la Iliada

http://poesaliteraturayalgoms.blogspot.com/2010/02/sobre-la-iliada.html

Troya o la opinión sobre una película

Hector vs Aquiles



Hace unos días vi de nuevo Troya. Sí, la película que protagonizó Brad Pitt, y que, por no ser tal como la esperaba, no me gustó. Sin embargo, no la estaba viendo solo; mi abuela estaba fascinada por la historia, y a cada nada hacía preguntas sobre la película. Yo traté de explicarle los acontecimientos tal como estaban en el libro. Ella escuchaba atenta mientras veía la película. Y a cada pregunta, yo le respondía. Ella hizo algunos comentarios interesantes sobre la película y la historia que yo le estaba contando. Uno de ellos fue: "ese Aquiles es arrogante, se cree que por ser hijo de dioses puede hacer lo que se le da la gana". Por supuesto, yo traté de explicarle los acontecimientos y el destino de Aquiles. Sin embargo, lo que me interesa reseñar es lo que ella dijo justo en el momento en que Aquiles derrota a Hector en la pelea. Ella dice: "Esa historia no debió haber sido así. Hector era el bueno, Aquiles el malo. El tal Homero ese se equivocó al escribir esa historia". Yo no dije nada al respecto. Es su opinión. Pero me gustó lo que me dijo, y me puso a pensar -de nuevo- sobre el tema. Tenemos entonces que Aquiles es el orgulloso guerrero que no quiere pelear, y se puede decir que por su culpa, su amigo muere (esa es una idea de mi abuela), mientras que Hector, aparte de que es mortal, lucha por lo que quiere y tiene, por lo que ama. ¿Por qué luchaba Aquiles? Por la inmortalidad. Pero esa inmortalidad en cierto sentido no le granjea un favor absoluto.


Fotograma de Troya

Mi abuela, quien nunca en su vida ha leído la Iliada, sin embargo, reconoció el gesto de Aquiles de entregar el cuerpo de Hector a su padre, y dijo que si hubiera sido así desde un principio, hasta pudo haber sido simpático haberlo conocido. Escuchar eso me causó gracia. Y para no sacar a mi abuela de su ilusión -debo destacar que ella no estaba hablando de Brad Pitt ni de su cabellera ni de su físico, sino del personaje en sí- le dije que sí, que pudo haber sido bueno. La película se acabó. Mi abuela apagó el televisor, y yo me fui a casa, pensando en esa conversación que me sigue dando vueltas en la cabeza, mientras todavía escribo esto. No sé si Homero se equivocó; lo que sí sé es que escribió una de las mejores historias que todavía da mucho de qué hablar, y para ello me remito a lo que escribí hace algún tiempo sobre el tema.