lunes, 23 de agosto de 2010

Mirada


Te veo sentada frente a la puerta, como esperando la llegada de alguien. No sé si saludarte, pero tu mirada ya me atrapa entre tus ojos y no tengo escapatoria. Al fin y al cabo, ¿quién puede escapar de ti, cuándo buscas alguna razón para atrapar a los incautos en la eternidad insondable de tus grandes ojos y arrastrarlos hasta el inevitable fin de los días que quedan por vivir?

sábado, 21 de agosto de 2010

Máscaras


Espero la música. Espero oír la voz encantadora, febril, que hace enmudecer todo este silencio. Porque esta fiesta no lo parece ser; entonces está allí, aparece de pronto: la voz suave y acogedora. Un retrato de miles de máscaras. Y yo le voy dictando lo que ella está cantando. Lo hace con una emoción sobrecogedora, abrumadora. Todos quedan estupefactos. Sin palabras. Porque yo las cuelgo en el vacío para que la voz de ella las recoja y las cante, tan dulce y suave. Hermosa manera de desaparecer.

sábado, 14 de agosto de 2010

Tiempo


El tiempo tan arreciante. Es una pequeña cápsula que vuelve loco al más sabio, pues es un elemento tan corto que no se puede descifrar. Y tan sútil también. En tan sólo un minuto el mundo se estremece. En sesenta segundos pasan tantas cosas que a veces es imposible asimilarlas. Yo puedo contar los sucesos transcurridos en tan corto espacio de tiempo: un grupo de señoras discutiendo sobre los alimentos en la plaza mientras en la panadería un indigente pide algo de comer; en la esquina de la farmacia una pareja se abraza mientras que en la otra esquina un hombre y una mujer discuten acaloradamente; en el restaurant de enfrente un niño se queja por la comida mientras a su lado el señor de lentes lee un libro de Kafka y un borracho se le acerca para recitarle el cuento de la metamorfosis a cambio de un plato de sopa. Todo esto lo veo desde aquí, mientras camino. Y supongo que ellos hacen lo que dije porque lo imagino antes de que lo hagan. Y el tiempo borró todos esos momentos. Cabe preguntarse, entonces: ¿fueron reales los acontecimientos? Me quedo con la duda y sigo mi camino, hasta llegar al ocaso.

jueves, 12 de agosto de 2010

El inventor


Debes cuidarte de las malas influencias, y no perderte en tu viaje. Olvídate de la poesía, en ella no encontrarás ninguna manera de vivir. No es bueno que estés inventando historias. Es más, cuídate de hacerlo; no vaya a ser que se te dé por inventar mundos fantásticos y todos terminemos por ser fantasmas o gigantes. Recuerda lo que pasó la última vez. Por eso debes vivir en el mundo real, este mundo que te toca y te abraza. No digas que es frío; sólo tienes que buscar a las personas que sean las más convenientes para ti. Verás que muy pronto dejarás de convertir las cosas en seres que sólo existen en tu cabeza.

viernes, 6 de agosto de 2010

Ferrocarril


Espero sentado en la vereda. Espero el paso del ferrocarril. Con la música estridente que sale del bar. Las cosas van sucediendo una detrás de la otra, como parlanchina, sin descanso alguno. Los bailarines se dan cuenta de mi desvarío, pues salto sin seguir el ritmo de la música. Qué más da, no sé bailar. Igual me quedo extrañado de tanta extrañeza; no es un insulto no saber bailar. Pero igual no me entienden. El andén está vacío. Me dicen que el tren no pasará sino hasta mañana, que mejor me quede a esperarlo y que pase la noche con ellos. La música sigue su curso; yo por mi parte, trato de mirar los rostros que me acompañan. No me queda otra, debo quedarme. Todos aquí se ven tan felices, y tan contentos, que pienso que a lo mejor sería bueno quedarse para siempre. Aunque advierto, luego, de que tanta felicidad no es verdadera. Es un instante, una noche. Muchos gritos, muchos besos, muchos abrazos. Sólo una noche, porque al llegar la mañana, descubro, de pronto, que todos estamos de paso, estamos todos esperando en la estación el ferrocarril que sabemos que nunca llegará.