viernes, 31 de diciembre de 2010

Sobre la lectura o para qué sirve la literatura

 Cómo duele la literatura. A veces paso horas encerrado en una historia, y no hallo cómo salir. A veces creo que es más doloroso estar allí que estar aquí, aunque la verdad a veces no sé dónde estoy. Entonces me aseguro que no estoy en ningún lugar, que tengo que esperar un rato para definir mi ubicación, y mientras eso sucede, recuerdo a Andrea, su voz, ella diciéndome que no sirve para nada, que es mejor habitar este mundo, el real, y no  hacerse ilusiones, y yo le digo que al menos nos da un poco de esperanza, que nos muestra algo de nosotros, no lo que debemos ser, sino cómo somos, aún sin darnos cuenta. Todo esto lo pienso ahora, mientras trato de salir de este libro que me tiene atrapado, que me ha acongojado, y me gustaría decirle a Andrea, esto es literatura, y al igual que el mundo real, la literatura, la buena literatura también duele.

lunes, 20 de diciembre de 2010

En ningún lugar

 Yo quería salir. Ver lo que había en ese lugar. Llenarme del mundo, pero no había nada. Nada. Yo no sé qué pasó en el transcurso de este despertar. Tanto tiempo sin ver las cosas, sin saber si aún existen las sonrisas (vaya eufemismo para nombrar la felicidad). No encontré lo que esperaba. El mundo no es más que la desolación conjunta de todos los que merodean la vida en busca de la felicidad. En otras palabras, el mundo está lleno de tristeza y soledad. Por eso a veces me escapo y me invento mi mundo. Aunque según Andrea, eso no es correcto. Por eso estoy en este relato, yo imaginario, porque no quiero estar allá afuera; no los quiero ver. Andrea tiene razón, y no soy cobarde por ello; todo lo contrario: para habitar dos mundos se necesita de la fortaleza de los que no están en ningún lugar.

viernes, 17 de diciembre de 2010

En torno a una conversación

  De nuevo lluvia. De nuevo el caos. Las historias se dibujan continuamente sobre el asfalto. Algo de alegría; un poco de conversación en torno a una mesa. Los de alrededor se refugian de la lluvia. En la mañana el sueño marca la cadencia del regreso, el fin de la alegría, la plena alegría. Porque volver a la rutina resulta tedioso. Sin embargo regreso. Comienzo de nuevo el ciclo diario, sin vidas ni sonrisas (hablando de sonrisas, ¿dónde estará Jenny? ¿Haciendo qué cosas?) Y veo a la gente de nuevo, como objetos, lugares insignificantes. Una sonrisa a medias, un interés falso, algunas veces auténtico (¿se acordará de mí? ¿sabrá acaso que todavía estoy en el mismo lugar?) Hasta que llega la noche, y la conversación placentera me hace olvidar de dónde vengo; hasta que cierran el lugar y nos vamos (no sé si ella sabrá que yo aún la recuerdo en noches como éstas)

jueves, 9 de diciembre de 2010

El plagiador

 No soy un escritor. Lo descubrí leyendo a otros escritores que dicen escribir, pero que en realidad han escrito todo lo que yo deseo escribir. Me dí cuenta en ese momento que mis motivos para escribir no eran para aportar algo a la humanidad -si es que este pobre pendejo pueda aportar algo- sino para ser como esos escritores que son leídos y famosos y reconocidos. Yo quiero ser de esos escritores que fuman y beben en cada agasajo o en cada festival u homenaje. Pero no. Me conformaré con imitar lo mejor que pueda a los que admiro, y algún día, cuando se mueran, o sus obras sean olvidadas, en ese momento, yo, desconocido e insomne, me vengaré de todos ellos, que nunca me dejaron dormir.

 *Pintura: Mutismo de Ángeles Rogeto.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Siempre Cortázar

  Cortázar siempre será un niño. Con barba y todo. Él tomará las palabras y las unirá en una fina sintaxis y escribirá sobre la sorprendente vida de Lucas. Siempre lo hace, él no se arredra por la dificultad que le presenta el lenguaje; él lo domina, y sabe como encajar las piezas, cada una en su sitio. Es un niño, y juega con las palabras, se divierte haciéndolo, y clava sus ojos, después de terminar cualquier cosa, mira, y sonríe, y dice.

   Cortázar nunca crecerá. Él es así, te mira y te dice algo, y saca sus personajes debajo de su manga, o de su lápiz, y con su barba, cree en la existencia premonitoria de los personajes que juegan a la rayuela en el patio o en la plaza, al lado de los chicos que juegan al futbol.

jueves, 21 de octubre de 2010

C.R.A.Z.Y

  Zack volaba a través del humo. Lo exhalaba, lo dejaba ir, y miraba lo que había detrás de esa cortina. No sabía quién era, ni lo que quería. Por eso el cigarro y la marihuana. Por eso volaba: para encontrarse y dejar de ser algo que por naturaleza no era. Tenía poderes especiales, según le había dicho la señora de Tuperware. Zack no creía en eso. Nunca lo creyó. La única ventaja de haber nacido el 25 de diciembre era el enorme regalo que le daban. Pero él ya estaba harto de eso. Por eso volaba. Por eso trataba de actuar igual que los demás. Quería ser normal, aunque no lo fuera. Su padre no lo aceptaría; sus hermanos lo mirarían diferente, de un modo despectivo. No lo pudo evitar. Tarde o temprano sucedería: Raymond murió. Entonces enfrentó sus miedos: su padre no quería a una "princesita" en la familia. Por eso Zack volaba: para olvidarse de lo que era. Aunque ya no tiene que ocultarse. No más.

Fotograma de la película C.R.A.Z.Y del director Jean-Marc Vallée. 2005

martes, 12 de octubre de 2010

Lay (Rondeau)


Muerte, me quejo de tu rigor,
pues me has arrebatado a mi señora
y no te consideras saciada
si no me tienes lánguido:
desde entonces no he tenido fuerza ni vigor;
pero ella, ¿en qué te perjudicaba viviendo
Muerte?

Eramos dos y no teníamos más que un corazón;
si ha muerto, es fuerza que yo muera,
en verdad, o que viva sin vida,
como las estatuas, en apariencia
¡Muerte!



François Villon. El testamento. Versos 978-989

sábado, 9 de octubre de 2010

Elina


Quiero contarte una historia, Elina. Te parecerá increíble lo que te diré, y tal vez no me creas. No me creerás Elina porque lo que te diré no sucedió. Andabas por el pantano, saltando y cantando. Tu cabello reflejaba el color del oro, y sonreías, sonreías al cantar. Lo sé porque te estaba viendo. Sí, yo te vi, aunque tú no pudiste verme. Y de repente levantas la mirada, desconcertada. Algo había pasado. Miraste y gritaste "papá". Volviste a hacerlo dos, tres, cuatro, hasta cinco veces. Y tu voz se notaba frágil, aquejada, como con ganas de llorar. Pensabas que él estaba allí. No era yo, Elina. El ruido provenía de otra dirección, distinta a donde yo estaba. Callaste y seguiste caminando, ya no con la alegría de antes, ni con las alegres canciones que inundaban el pantano. No eran alegres. No lo eran porque tú no estabas alegre. Mientras caminabas, Elina, vi a tu papá que te acompañaba para que no fueras sola.

*Fotograma de la película Elina- som om jag inte fanns del director
Klaus Härö. 2002. De esta película está basado este relato.

sábado, 2 de octubre de 2010

Nacimiento bélico


Están parados. Esperando la orden. No están muy entusiasmados. Se escuchan ruidos, detonaciones. La orden no llega. El grito se hace más profundo. El grito. El parto. Ya nace, y las bombas que retumban por todos lados. La angustia posesiva de todos los presentes. -"Estamos aquí por error, estamos aquí por error"- gritaba el padre desesperado, mientras ellos están parados, esperando el momento de atacar, de salvarse, de huir...

jueves, 30 de septiembre de 2010

Caída


Nos caemos, y no podemos ver la caída. Todos estamos a la expectativa del vértigo. Nosotros no sabemos cómo sucedió. Sólo sucedió. El vacío allí es inmenso, y todos miran y reprimen el grito. No sabemos cuándo vendrá el golpe. Si es que viene. Si es que salimos de este vértigo, y de esta caída interminable que muta nuestros sentidos.

sábado, 18 de septiembre de 2010

De caballeros y del mundo





"Muchas veces oí decir y a los antiguos contar
que ninguno por riqueza se debe ensalzar
ni por pobreza que tenga se debe menospreciar"*

En la antigüedad el coraje era importante para obtener gloria y honra y ganarse la confianza de los reyes. Los caballeros debían ser "esforzados". El código de Caballería también exigía del caballero justicia y valentía; y en caso de caer en desgracia y quería demostrar su inocencia, además de ser valiente, debía ser audaz. Por lo general, el caballero desterrado quiere mostrarle lealtad a su rey, porque sabe que su destierro fue injusto.

Los versos aquí transcritos demuestran, o deberían demostrar la existencia de la virtud en el caballero. Existía en aquella época. La virtud, o virtudes se demostraban con lo suscrito en el párrafo anterior. Esta nota viene a colación por una reflexión simple, pero que creo es de gran valor: al igual que en aquella época, en nuestros días, en este mundo contemporáneo, existen personas que se regocijan con las desgracias de los demás; y también envidian el éxito de los otros.

Sin embargo, en este mundo moderno siempre habrá un Montesinos para resarcir la honra.

*(Romance del conde Grimaltos y su hijo Montesinos, en: Cancionero Viejo. Historia de la Literatura Universal, tomo 52. RBA. 1992)

jueves, 9 de septiembre de 2010

Retrato


De nuevo, nada qué decir. El tiempo cuenta, lo sé. El tiempo corre. También lo sé. Lo que quisiera saber, lo que me gustaría saber es si en realidad nosotros estamos allí; si yo estoy allí. Miro la foto y la vuelvo a mirar y así por horas, y tengo la certeza de que no estoy. Esa es mi imagen, cierto, pero no soy yo. Todos me miran con cara de compasión, y yo, que ciertamente estoy perdido, no sé dónde estoy. Miro la cámara y comprendo lo inútil que es buscar explicaciones. No las hay, grito. No las hay. Sólo quiero hallar la manera de salir de aquí, de este encierro fotográfico.



domingo, 5 de septiembre de 2010

lunes, 23 de agosto de 2010

Mirada


Te veo sentada frente a la puerta, como esperando la llegada de alguien. No sé si saludarte, pero tu mirada ya me atrapa entre tus ojos y no tengo escapatoria. Al fin y al cabo, ¿quién puede escapar de ti, cuándo buscas alguna razón para atrapar a los incautos en la eternidad insondable de tus grandes ojos y arrastrarlos hasta el inevitable fin de los días que quedan por vivir?

sábado, 21 de agosto de 2010

Máscaras


Espero la música. Espero oír la voz encantadora, febril, que hace enmudecer todo este silencio. Porque esta fiesta no lo parece ser; entonces está allí, aparece de pronto: la voz suave y acogedora. Un retrato de miles de máscaras. Y yo le voy dictando lo que ella está cantando. Lo hace con una emoción sobrecogedora, abrumadora. Todos quedan estupefactos. Sin palabras. Porque yo las cuelgo en el vacío para que la voz de ella las recoja y las cante, tan dulce y suave. Hermosa manera de desaparecer.

sábado, 14 de agosto de 2010

Tiempo


El tiempo tan arreciante. Es una pequeña cápsula que vuelve loco al más sabio, pues es un elemento tan corto que no se puede descifrar. Y tan sútil también. En tan sólo un minuto el mundo se estremece. En sesenta segundos pasan tantas cosas que a veces es imposible asimilarlas. Yo puedo contar los sucesos transcurridos en tan corto espacio de tiempo: un grupo de señoras discutiendo sobre los alimentos en la plaza mientras en la panadería un indigente pide algo de comer; en la esquina de la farmacia una pareja se abraza mientras que en la otra esquina un hombre y una mujer discuten acaloradamente; en el restaurant de enfrente un niño se queja por la comida mientras a su lado el señor de lentes lee un libro de Kafka y un borracho se le acerca para recitarle el cuento de la metamorfosis a cambio de un plato de sopa. Todo esto lo veo desde aquí, mientras camino. Y supongo que ellos hacen lo que dije porque lo imagino antes de que lo hagan. Y el tiempo borró todos esos momentos. Cabe preguntarse, entonces: ¿fueron reales los acontecimientos? Me quedo con la duda y sigo mi camino, hasta llegar al ocaso.

jueves, 12 de agosto de 2010

El inventor


Debes cuidarte de las malas influencias, y no perderte en tu viaje. Olvídate de la poesía, en ella no encontrarás ninguna manera de vivir. No es bueno que estés inventando historias. Es más, cuídate de hacerlo; no vaya a ser que se te dé por inventar mundos fantásticos y todos terminemos por ser fantasmas o gigantes. Recuerda lo que pasó la última vez. Por eso debes vivir en el mundo real, este mundo que te toca y te abraza. No digas que es frío; sólo tienes que buscar a las personas que sean las más convenientes para ti. Verás que muy pronto dejarás de convertir las cosas en seres que sólo existen en tu cabeza.

viernes, 6 de agosto de 2010

Ferrocarril


Espero sentado en la vereda. Espero el paso del ferrocarril. Con la música estridente que sale del bar. Las cosas van sucediendo una detrás de la otra, como parlanchina, sin descanso alguno. Los bailarines se dan cuenta de mi desvarío, pues salto sin seguir el ritmo de la música. Qué más da, no sé bailar. Igual me quedo extrañado de tanta extrañeza; no es un insulto no saber bailar. Pero igual no me entienden. El andén está vacío. Me dicen que el tren no pasará sino hasta mañana, que mejor me quede a esperarlo y que pase la noche con ellos. La música sigue su curso; yo por mi parte, trato de mirar los rostros que me acompañan. No me queda otra, debo quedarme. Todos aquí se ven tan felices, y tan contentos, que pienso que a lo mejor sería bueno quedarse para siempre. Aunque advierto, luego, de que tanta felicidad no es verdadera. Es un instante, una noche. Muchos gritos, muchos besos, muchos abrazos. Sólo una noche, porque al llegar la mañana, descubro, de pronto, que todos estamos de paso, estamos todos esperando en la estación el ferrocarril que sabemos que nunca llegará.

miércoles, 14 de julio de 2010

La tarde


Para K.S,
en tardes de lluvias...






El camino parece ofrecer cosas sorprendentes. Pretendo cambiar la ruta. Algo me detiene, no sé qué es. Avanzo, sin darme cuenta de lo que sucede alrededor. La tarde ya casi termina, el cielo se pinta de añil, y pequeñas gotas sorprenden a los incautos. Unos cuantos maldicen y corren. Yo sigo, tranquilo, envolviéndome en la bruma, con el calor del frío. La calle ya está mojada. La lluvia ofrece la oportunidad de limpiar las almas, y pulir los ojos para que brillen mucho más. Quiero creer que nada de esto me sorprende; no es así. A pesar de que conozco el camino, a pesar de ser la ruta diaria, siempre me encuentro con cosas nuevas, sorprendentes. Y sonrío. Sí, sonrío al ver el horizonte apagarse; al sentir la lluvia sobre mi cabeza. Y los pájaros que cantan:

¿Cuántos cuentos
puede contar el viento?

¿Cuántas canciones
puede escuchar tu alma?

las flores que ven tus ojos
¿a dónde van?

y tu corazón
¿en qué lugar está?




jueves, 1 de julio de 2010

Hermano


He meditado sobre si la palabra "amistad" comprendía cabalmente el género de relaciones que no ligó, a Horacio Quiroga y a mí, y encuentro que sólo podríasela aplicar si diéramos al término una acepción arcaica que he perdido. El grado de intensidad, la absoluta objetividad personal y el desinterés que la ha caracterizado, exigirían para la palabra amistad una explicación harto sutil y difícil, sin que viniera a convertirse por ello mismo en otra limitación del concepto. "Hermandad" es más precisa. Indica, además de cuanto pueda significar la amistad, un ligamen, por decirlo así, irracional y superior por naturaleza a la relación aleatoria, basado en una identidad de sangre tal como lo expresa el uso corriente del vocablo gentilicio,y en una identidad de destino o parentesco fatídico en que entran como factores de la unión espiritual inclusive aquellos que pueden obstar o desmerecer la amistad. Suele usarse la palabra "hermano" en un sentido aproximado al que pretendo fijarle aquí, cuando lo usaron los paisanos para indicar, precisamente, no sólo camaradería sino la suerte común en que dos seres, unidos por vínculos afectivos, vienen a encontrarse en los azares de la vida. Lo que Martín Fierro expresa diciéndole a Cruz: "Ya veo que somos los dos/ astillas del mesmo palo"


Tomado de: "El hermano Quiroga". Ezequiel Martinez Estrada.

domingo, 13 de junio de 2010

De las mil y una noches...


"Por la fuerza me han encerrado, separándome de mi amado, y en mi prisión me han hecho saborear mi angustia. Han incendiado mi corazón con los fuegos del amor al impedirme mirar a mi amigo. Me han aprisionado en un palacio construido sobre un monte que fue creado sobre el abismo del mar. Si lo que querían era que yo le olvidara, sólo han logrado añadir angustia a mi amor. Cómo voy a olvidarle si todo lo que me sucede tiene su origen en una mirada mía dirigida al rostro de mi amor. Todos mis días transcurren en medio de la tristeza y paso la noche con mi pensamiento fijo en él. Su recuerdo me hace compañía en mi soledad cuando en ella me encuentro con quien le ha conocido. Me pregunto si después de todo esto el destino permitirá que me vuelva a reunir con el objeto de mis deseos".

Nota: poema tomado del cuento "Historia de Uns Al-Wudjud y de su amada Al-Wardfi-L-Akman", noche 377 de "Las Mil y Una Noches" Traducción de Julio Samsó

sábado, 5 de junio de 2010

Las puertas del cielo

"Íbamos juntos a los bailes, y yo los miraba vivir". ("Las puertas del cielo". Julio Cortázar)







Celina. La pobre murió. En apariencia, porque Mauro no la vio. Aunque no necesariamente tiene que ser Celina. Todo esto resulta descabellado. También curioso. Decir que los dos la vieron al mismo tiempo hubiera sido sorprendente. Porque ya hubieran sido dos los que la vieron. Pero sólo fue uno. Uno sólo fue el que la pudo ver: Marcelo. Si lo hubiera dicho su credibilidad se vería quebrantada, y como abogado su carrera quedaría en duda, quizá en la ruina. Pero eso no importa. Marcelo la vio. Eso es lo importante: él la vio. Marcelo, que la quería en secreto se dio cuenta que era correspondido; aún cuando las puertas del cielo se cerraron Marcelo se dio cuenta de que era a él y no a Mauro a quien se le daba una oportunidad para hallarla.



P.D: este es un pequeño comentario sobre las puertas del cielo. También puede ser tomado como un relato, que en este caso, aunque mediocre, es más meritorio al mismo Cortázar, quien fue el que lo inspiró.





viernes, 21 de mayo de 2010

Escaleras


Saciar el insomnio. Descubrir las palabras atravesadas por el fuego y escribir un cuento: o la idea de un cuento. Bajar por las escaleras antes de la fuga y sentir la mirada de reproche; la advertencia previa de la infelicidad. Entonces permanecer bajo palabras hasta el cansancio y colaborar con la ruptura y decir adiós: el comienzo de un final. Para siempre. Saber si todo esto tuvo algún sentido. Todo eso mientras baja la escalera. Que va a buscar hielo; pero no regresará. Así es el cuento: el abandono de los poemas cuando ya no hay más nada que escribir. Porque todo se acabó. Hasta esto se acabó. No quedan sorpresas, porque ya se sabe lo que pasará. El llanto, la rabia, el dolor, la impotencia. Por eso dejó un poemita debajo de la almohada diciendo que el viento no sopla más/ hacia un jardín ya marchito.

viernes, 14 de mayo de 2010

Escrituras


Yo puedo escribir cosas sobre las que no sé escribir. Sobre todo porque no sé escribir. Si las palabras brotaran fácilmente. Tal vez no me involucraría en universos conspirativos. Pero no sé desdoblarme; no puedo ser otro sino yo y solamente yo. Material para un cuento o una novela. No sé a que aproximarme, y por eso tal vez me alejo. No veo las cosas que han pasado ni me pregunto por aquellas que pasarán. No me pregunto por el futuro. Leí un poema de Alejandra Pizarnik en el que ella escribe que parió al cuerpo poético y que ella salía de su propio vientre. Ella se paría cada vez que escribía; nacía y moría cada vez que escribía; se nacía y se moría. No llegó a los cuarenta años. Yo no me pregunto si llegaré a los cuarenta; no me preocupo en lanzarme a través del vértigo de la paranoia y reflejarme en ejemplos que me rodean.


P.D: a veces las expectativas se sujetan de metáforas vacías.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Tormenta


Está lloviendo desde hace rato. Los truenos son constantes y fuertes. Yo no sé si muchos de ellos son pasajeros destructores del silencio o mensajes premonitorios de alguna catástrofe. Aunque prefiero no hacer caso de supersticiones infundadas. Lo cierto es que la tormenta es fuerte; el techo está a punto de romperse por culpa de la furia del agua. Un rayo cerca y el estruendo del trueno que estremece a todos los que están a la expectativa de lo que irá a suceder, pues tienen miedo. Yo no tengo miedo. A pesar de la tormenta puedo escuchar la radio y leer un buen libro. Estoy sentado en la sala, solo.Entonces veo una figura que se me acerca. Yo sonrío. Ella sonríe. Porque es ella. Yo no me sorprendo que sea ella, pues quería verla, aunque sea verla pasar como un fantasma. Pero no es un fantasma, eso lo sé. Lo sé porque se me quedó mirando con una sonrisa hermosa, y al cerrar los ojos, ya no estaba allí

sábado, 8 de mayo de 2010

Frontera Negra.


Comenzamos a imaginar cosas. De repente, y en un breve espacio de tiempo, nos encontramos en la frontera negra. Tal vez comience a divagar con la descripción del lugar, por eso no me esforzaré en hacerlo. La cuestión es que la cabaña estaba muy oscura, el campamento abarrotado; el frío, infernal. No podíamos ver los rostros de los que nos acompañaban. por eso, para saber que estabamos allí decidimos conversar. Nadie creía que nos encontraramos en la frontera negra. Según decían algunos, las cosas allí solían mudar de lugar. Que de pronto las cosas no parecen ser en lo que luego se transfiguran. Se pueden ver pájaros que no son pájaros y serpientes con voces humanas, como en el jardín del Éden, comenta un extraño. Por eso, en la noche, aunque escuchamos las conversaciones ajenas, no hacemos caso, puede que sea esa línea la que nos traicione y nos trague. Tal vez todos esos rumores son falsos, tal vez sea el sueño el que nos engañe y no otra cosa. La frontera negra, de la que nadie- según dicen por acá- regresa.

miércoles, 5 de mayo de 2010

El hombre busca la manera de llegar hasta allí. Todos lo contemplan. Algunos con cierta mirada atónita e incongruente. Otros tratan de entender lo qué hace; por qué lo hace nadie aún le encuentra una explicación. Sólo lo hace. Para él parece que es más que suficiente. Subir la colina por el puro gusto de subirla. Tanto trabajo sin ningún objetivo, piensan algunos. Así pasa. Es muy común ver esforzarse a alguien sin comprender por qué. Es el mero hecho de estar allí lo que vale la pena, dice la señora. Absurdo, completamente absurdo que ese hombre haya ido hasta ese lugar sólo para tomar una fotografía.

viernes, 30 de abril de 2010

Huida


A veces encuentro el contraste un poco opacado. Es decir, que no hay mucha diferencia entre las cosas que digo y hago. Tal vez por eso soy muy escurridizo. Tal vez, a lo mejor, pueda convertirme en sombra y ocultarme en los escondrijos más absurdos que pueda encontrar. Un parque, o una habitación o en los ojos que siempre andan a la expectativa; los que siempre me buscan, los que me quieren capturar. Es mejor la huida, desaparecer sin decir nada, sin dejar rastros. Unicamente los contornos de la noche en los labios que gritan mi nombre.

sábado, 24 de abril de 2010

Personaje II


Estoy bajo el escritorio. La odisea continúa. Comienzo y fin; sólo que el principio es tan arduo que no he podido comenzar. Que broma. Ahora me buscan para decirme que el personaje no puede entrar en escena. Absurdo, pienso, y voy a ver qué pasa. No pasa nada, el tipo está recostado. Dice que no quiere aparecer porque le parece muy arriesgado andar por ahí yendo del timbo al tambo en la intemperie sin comida ni agua ni abrigo. Que el frío le daña la piel y el calor se la reseca. Tonto este personaje que pretende ser un súper heróe. No me queda otra que botarlo, y buscar uno arriesgado. Seguiré mi búsqudeda; revisaré el catálogo de personajes que encontré la otra vez en una agencia de personajes literarios, a ver qué pasa.

viernes, 23 de abril de 2010

Personaje


Tal vez la distancia me salve. He recorrido la carretera por undécima vez y no logro hallar el sitio. Es más, no sé cuál es el sitio que busco. Porque aquí no hay lugar. No hay edificios, ni casas, ni parques. Ya me lo dijo Mariana una vez: si quieres buscar un ambiente, déjate andar un poco por lo que quieres hacer de tus personajes. No inventes lugares, inventa personajes. Al tener tu personaje, el lugar no importa. A menos que sea necesario. Pero tu personaje es el que te dirá qué hacer; cómo quiere que tú lo escribas. Seguiré sus consejos, a ver qué pasa.

miércoles, 7 de abril de 2010

Nosotros.



















Cuando conocemos el mundo, entonces la mirada se despierta, y comienza a indagar a preguntar; a escribir su propia historia.

Entonces nosotros somos historia, caminantes viajeros, escritores, poetas, músicos, expectadores, deportistas... escribimos y escribimos y hacemos y construimos... pero siempre interrogamos, siempre cuestionamos. Entonces surge la poesía: fragmentos de respuestas inconclusas, verdades propias que pueden convertirse en ajenas; retazos de lo que el universo es para cada uno de nosotros y lo que nosotros podemos ser en el universo. A pesar de lo que decimos o hacemos, dejamos huellas. Es nuestro el camino por el que andamos, pero, ¿por cuál camino andamos?

La respuesta está en nuestros pasos. Así será el mundo y nosotros, quienes lo habitamos, los que no sabemos qué será de la poesía cuando los poetas sean arrastrados por los terremotos del olvido.


Qué esto no llegue a ocurrir!!!!

sábado, 27 de marzo de 2010

1895



Quedamos en la Espera. Ese pequeño bar que sólo unos cuantos entendidos conocen. Digo que unos cuantos porque es un sitio casi oculto, y eso que la ciudad no es tan grande; es más pueblo que ciudad, pero qué se le hace. La vida es apacible y no es tan alborotada. La Espera, bonito nombre. Y lo lleva con toda razón, pues llevo esperando más de media hora y nadie que aparece. La música es suave. Jazz que incita a dormir. El sonido del saxofón cerrando la entrada del piano y callando el golpe de la batería. Permanezco mudo. Escuchando. De repente todo se vuelve una vorágine; la complexión del tiempo que se desdobla y me arrastra y me devuelve de nuevo a la silla, en el mismo lugar; sólo que todo parece diferente. Ya no suena el jazz, sólo un piano tan antiguo y pueblerinos mirándome extrañados, tal vez sorprendidos... y al salir, me sorprendo de que todo haya mudado de lugar. Tal vez eso, todo ha mudado de lugar y no estoy en este absurdo sitio, donde no encuentro un solo auto que me lleve a casa.

miércoles, 24 de marzo de 2010

La ciudad de la furia


Caminamos por la inmensa calle. Sonidos espléndidos. Subimos hasta encontrar la pequeña librería. Era un lugar desconocido, pero al llegar, todos nos identificamos con el sitio. La Ciudad de la Furia, decía en la entrada. Había una cantidad enorme de libros, de ciudades como dijo Andrés. Andrea fascinada por el inmenso estante se sentó contemplando tanta maravilla. Tantos pasos andados y por fin descansar en algún banco, en la otra calle, donde cruzaban los carros y la gente miraba sin sorprenderse de nuestra actitud. Nuestras palabras se volvían ininteligibles, y nuestras preguntas eran frases vulgares. No nos entendían, de repente nos encontrábamos en un sitio extraño, inexplorado, con calles llenas de cafés sin clientes y personas que dormitaban en los parques. La librería, el lugar que buscábamos con ansias no era otra cosa más que una casucha con un montón de papeles gastados. ¿Dónde estábamos? De repente Andrea se topa con un cartel: La Ciudad de la Furia. Librería. 1895.

sábado, 20 de marzo de 2010

Prometeo






Algo que me llama la atención es el comienzo de esta obra, cuando a Prometeo lo están encadenando. El diálogo que surge entre Hefesto y Fuerza muestra la ira y también la compasión. Ira por parte de fuerza, y compasión de Hefesto por Prometeo. He aquí remito algunos fragmentos de la obra, tomando en cuenta el parentesco de los dioses:


Fuerza: vamos, ¿por qué te demoras y te apiadas en vano? ¿Por qué no aborreces al dios más odioso a los dioses, que ha entregado a los mortales tu privilegio?

Hefesto: el parentesco es fuerte, y la amistad.

Fuerza: lo concedo. Pero desobedecer las palabras de un padre, ¿cómo es posible? ¿no temes esto más?

Hefesto: tú siempre eres cruel y lleno de audacia.

¿Qué es más fuerte? ¿A quién se debe obedecer? ¿Qué preceptos hay que seguir en momentos que se tiene que ir en contra de aquellos que tienen cierta relación con nosotros? Es una buena interrogante que Esquilo plasma en este fragmento. Por desgracia, al igual que sucedió con Hefesto, mucho se teme al que ejerce el poder, y por eso irremediablemente se ha arremetido contra amigos, familiares, conocidos. Gran pregunta que hay qué responder. ¿Por qué seguir atando a otros Prometeos? Así está el mundo, así estamos nosotros...






miércoles, 17 de marzo de 2010

Sinergia

Palabras largas. Es el entorno que responde a las llamadas. El sonido de pronto. Todo se acaba. posiblemente encontremos el camino. Posiblemente dejemos los sueños en su lugar. Pero primero tenemos que estar allí. Alguno de los dos. No será posible ocupar todo ese espacio y yo sombra desaparecida, vagaré por rumbos desconocidos, alguna ruta que me acoja sin ambages, y así decir que soy aire fuego tierra. La imposibilidad de estar constantemente en algún lugar y en ninguno a la vez.

sábado, 13 de marzo de 2010

Bailarina

Para Jenny, Bailarina de ilusiones.

Ella pidió un relato... una pequeña historia que la hiciera feliz. Entonces la encuentro bailando, y se me ocurre decirle:"el silencio de mis manos acompaña tu música que bailas en solitario". Pero no lo digo, lo callo. Recuerdo su petición. Y recuerdo las canciones que a ella le gustan; las evoco y las canto. Mientras escribo en el cuaderno algunas ideas, palabras sueltas para escribir alguna historia, recuerdo la historia de Vila Matas sobre el hombre que escribía su novela en el viento. Es algo parecido a bailar sin música, escribir los poemas sobre la arena, saltar sólo por el gusto de saltar y cerrar los ojos y andar descalzos escuchando una melodía que sólo se puede escuchar en el interior. Eso es lo que ella está haciendo. Lo que me hizo prometer que le escribiera, y con un final feliz. Porque me dijo que era una joven que bailaba sola una canción que recordaba en silencio inventandose un momento o una historia que la hiciera feliz. Por eso debo escribir un final feliz; a diferencia de lo que escribo porque siempre escribo cosas sin finales felices; si es que acaso escribo los finales. Es por eso que escribo esta historia, porque esta historia termina con un poema; una pequeña canción escrita en un breve lapso de tiempo que recuerda a una bailarina que danza en silencio, contemplando tardes con colores alegres.


Buscame en la sonrisa
-bailarina loca que regala los besos
al viento-
y baila descalza sobre los
sueños que te entregan
los pájaros
en tardes alegres
de colores

Y si sonríes
como lo haces siempre
la música inundará todo el silencio,
ese que hace danzar a los alegres
en tardes con canciones
desconocidas del alma.

jueves, 11 de marzo de 2010

Tanía

Conocí a Tanía en alguno de esos lugares pocos comunes para conocer a la gente: la calle. Yo iba como siempre, mirando ora hacia el cielo ora hacia el suelo -muy pocas veces miro a la gente que camina alrededor- y me detengo para cruzar la calle. Ella estaba parada a mi lado, y sin más me dijo Me llamo Tanía. Así sin más. No supe qué decir, hasta que después de un breve momento dije Hola. Ella me preguntó cómo me llamaba y le dije Roberto. Me quedé callado, esperando poder cruzar. Ella me dijo que Me gustaba las canciones que yo cantaba y que era una de mis seguidoras más fervientes. Nada más lejos de la realidad. Al tiempo supe que Tanía era estudiante de antropología y que le gustaba escuchar las canciones que yo cantaba. Porque después de aquel saludo me llevó a su casa y nos quedamos buen rato tomando vino y cantando. Hasta la mañana siguiente descubrí que mi felicidad había desaparecido al despedirme de ella bajo un cielo gris y alegre que cantaba con la lluvia y que me decía que probablemente no volveré a ver a Tanía por mucho tiempo.

miércoles, 3 de marzo de 2010

En torno al comienzo de escribir:

Para muchos, al comenzar a escribir, lo más difícil es empezar. ¿Cómo comenzar a escribir un cuento, un poema una novela? En palabras Aristótelicas, hay que comenzar por el principio. Entonces, allí está el escritor, enfrentándose con la hoja en blanco, con todas sus ideas en la cabeza, pero no sabe cómo comenzar. En los cuentos clásicos es muy popular el "erase una vez" o había una vez" y fórmulas con las que los escritores comenzaban fácilmente a narrar lo que querían. Pero ahora, debido a que esta fórmula corresponde más a los cuentos infantiles, muchos se han encontrado en el vacío creativo para comenzar unas cuantas líneas y escribir el comienzo de sus historias. Tal vez eso sea lo más difícil de escribir. Porque dependiendo de las primeras líneas, del primer párrafo depende todo el trabajo que el escritor desee desarrollar en el transcurso de esa obra. Sí, escribir es toda una aventura. Deseemos entonces a todos los escritores suerte en el comienzo de sus obras para que nosotros los lectores disfrutemos de mundos y experiencias muy comunes a las vivencias del mundo real. Total, la mayoría de ellos se basan de nuestra realidad para crear otras alternativas irreales.

Añadido: además creo que los mejores comienzos -sólo diré algunos a mi parecer- los han escrito Kafka, García Márquez y Juan Rulfo. Esto por mencionar sólo algunos. En la Metamorfosis sólo es necesario decir que "esa mañana al despertar Gregorio Sama se había convertido en un horrible insecto" para a continuación comenzar a narrar lo que viene después. Igual sucede con García Márquez en "cien años de soledad", un comienzo totalmente Kafkiano. Y con Juan Rulfo, un comienzo deliberado y apelativo, preguntando por un tal Pedro Páramo. De eso se trata, de comenzar a escribir de tal forma que el comienzo no sea tan cargado, y que el lector pueda, al comienzo de la obra, fascinarse por lo que vendrá. Sin duda hay que leer a los mejores y ver y analizar sus relatos y cómo acoplan toda la historia desde un simple principio hasta un final genial.

sábado, 27 de febrero de 2010

Sobre la Ilíada

Entre los espacios que buscaba encontré uno perfecto para colocar un libro que tenía entre mis manos. Resulta que el libro, con ganas de huir y esconderse, colgaba un título muy conocido: La Ilíada. Cuando lo tomé, encontré a Hector soberbio, pero después de lo que sucedió con Patroclo, a pesar del valor que tenía, Atenea lo engañó. ¿Quién es el heróe y quién el anti-heróe? Yo digo que Hector; porque el hombre era humano, no como Aquiles, hijo de Dioses. Sobre esto hay mucha tinta que se ha regado por allí. Pero, Aquiles, a pesar de ser indetenible, era orgulloso y la ira lo dominaba. No peleaba por nada justo; hasta el momento en que Patroclo, por su necedad, es asesinado. Además si sacamos a todos los dioses y al destino que ya había escrito las vidas de ambos heróes y la resolución del conflicto; entonces Troya tendría todas las de ganar, pues si sus murallas eran impenetrables, y Aquiles fuera un mortal más sin el rasgo divino; Hector, y los Troyanos, hubieran expulsado de sus tierras a los Aqueos. Pero todo eso es ficción, y hasta allí queda. La historia fue diferente, sólo que sin intervención de ninguna deidad divina y por otros motivos. Las grandes historias escriben grandes Leyendas...

En fin, que coloqué el libro en un lugar alto, para recordar que todos nos parecemos más a Hector que a Aquiles.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Caminante

En esto podremos pensar en los ruidos que se acercan. Alguna corneta rompiendo la tranquilidad del camino, el sonido del viento que llama a raras tormentas. Aquí están los pasos. Sólo que no sabré si tomarlos, o dejar los libros sobre las mesas. Porque aquí estoy, sentado, leyendo poemas y algunos libros olvidados. Tratando de construirte, antes de que te escapes y desaparezcas. No sé si pronto sonará la música. Escucho hablar a los gatos. El silencio tan próximo. Las historias se construyen en las calles. Yo las reconstruyo en mi mente. Y las dejo ir. Así puede ser fácil relatarte todas las noches vacías. Pronto te vas, pronto regresaré, cargando algunos sueños. Si desciframos los secretos ocultos en el vuelo de los pájaros, muy pronto veremos caer los ojos fijos en el cielo.

sábado, 20 de febrero de 2010

Simpleces

No sé por dónde empezar. Aquí estoy tratando de conectarme nuevamente. Allá todos gritan. No me desespera. Este cuarto es un poco desolador, y este cuento muy difícil de escribir. Es mejor leer a Cortázar y encontrarse con un gato, no sé de qué color, pero lo mejor que puede salir del mundo son los gritos felices de quienes caminan bajo la lluvia.

jueves, 18 de febrero de 2010

Librero

Crear la deformidad de las cosas. Eso era lo que pensaba mientras tomaba un libro y lo ojeaba para luego tirarlo al piso. Una manía que no había perdido desde que su abuelo murió. Era como recordar los fantasmas que le leía cuando era pequeño. Ahora conoce todas las historias, y las repite una y otra vez, en esa vasta biblioteca de libros regados sobre el piso.