martes, 16 de octubre de 2012

De la creación de la nada o de por qué siempre escribo lo que no quisiera escribir (una más sobre Cortázar)


I

"El libro de nuestra vida 
no siemrpe puede leerse 
entero y encuadernado".
Julio Cortázar


Toda una alegría leer a Cortázar. Siempre Cortázar, su forma de crear, de Hacer literatura y de romper con los signos y las formas... Continuidad absoluta del tiempo en pasajes enrevesados o caminos cruzados. Un hombre parpadeando con ojos de gato y mirada despierta. Tal vez nadie pueda contemplar el entorno tal como él lo hizo. Nadie sabría explicar lo absurdo y lo paranoico sin una tranquilidad tan laxa. Pensar en cosas y costumbres, en certezas e incertidumbres y luego estar en esta realidad, tan fuera del espejo, tan lejos de la mirada del otro que no es sino uno mismo, y verlo a él, contemplando las cosas con cierta curiosidad y tomando notas para un futuro relato; y verse él allí, dentro del relato, contándose como personaje sin darse cuenta que soy yo que escribe sobre él y no él escribiéndome como uno de esos personajes insólitos que escriben sobre otros personajes. Es él quien crea esta reseña para completar un juego de espejos donde ninguno de los dos nos vemos las caras, pero sabemos que estamos ahí mirando las sonrisas a través de las distancia en ese reflejo de palabras y acciones que de a poco, y sin saberlo siquiera, se desvanece.








II

Siempre Julio, forever Cortázar. Siempre anoto frases -todas las cuales tengo desaparecidas, vaya a saber usted dónde- y a partir de esta pensé en escribir un cuento (y dale con lo mismo, otra vez escribiendo. ¿Y para qué escribes, si sabes que no te van a leer?) pero no siento conexión alguna; más bien siento que es el mismo Cortázar que dicta y me dice "es bueno que sigas escribiendo vos, que te parecés tanto a nosotros los cronopios" (Ya está, que alguien se lleve al siquiatrico a este pobre chalado). y ahora me encuentro sin nada sobre qué escribir leyendo y releyendo esa nota, ese epígrafe con el cual quería comenzar un cuento, pero no estoy seguro; mientras, escucho la voz de Julio diciéndome que escriba.

  Es sorprendente sentir tantas emociones y consternaciones al leer sus cuentos; pero últimamente me he preguntado qué tal sería leer su vida -no digo sobre su vida, sino leer su vida- (ahora sí, de paso querer averiguarle la vida a un pobre muerto; vaya a saber qué se le ocurrirá ahora) Por desgracia, eso no se puede hacer, porque para leer la vida de alguien, ese alguien debe estar vivo, y en el caso de Cortázar, él falleció dos años antes de mi nacimiento -lástima no haber nacido en esa época donde era alucinante saber que se podía topar con un escritor a la vuelta de la esquina-. Aún así, leer sus cuentos y lo que dejó desperdigado me deja atónito -y pensar que uno a veces piensa en "las nuevas formas de la literatura"

Y aquí estoy, leyendo y releyendo esa cita de Cortázar: "El libro de nuestra vida no siempre puede leerse entero y encuadernado". Lo que me lleva a pensar: ¿Cómo leer la vida de alguien? ¿Por dónde empezar? Existen las biografías, pero estas no son suficientes. Esto, por cierto, me lleva a pensar en lo curiosos que somos (¿Y ahora es que te vienes a dar cuenta de eso? Sobre todo tú, que quieres averiguarle la vida a un pobre muerto), en querer saber más y ver cómo eran, y cómo son, los demás. De allí proviene la literatura: de la curiosidad -claro, sé que no estoy descubriendo nada nuevo, por si alguien me reprocha la estúpida idea de ser un teórico de causas ya concretadas, y utilizo esta palabra a falta de otra más concreta- y de querer los libros de la vida de los otros.

  Libros que jamás terminaremos de leer; y que por estar fisgoneando en la literatura real de los demás, nos olvidamos de la propia; olvidamos indagar en nuestras propias historias; inventarnos, re-inventarnos. Saber quienes somos para luego re-escribirnos y así poder tener una noción quizá del mundo; o dejar la huella latente de que una nueva historia está en proceso de formación. Al menos eso Cortázar lo tenía muy en cuenta. Por eso sus relatos partían de él, de sus sueños y pesadillas (Ya deja de escribir. Mejor ve a dormir, eso... mejor así, mañana debes trabajar y ve a saber qué nuevas idioteces se te ocurrirán


P.D: Pido disculpas a los improbables lectores que lean esta notarelatocríticaensayo o lo que sea que el pobre amigo acá trató de escribir... en estos momentos está recibiendo atención siquiatrica a ver si de una vez por todas deja tranquilo y en paz al pobre hombre del espejo.

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