miércoles, 14 de julio de 2010

La tarde


Para K.S,
en tardes de lluvias...






El camino parece ofrecer cosas sorprendentes. Pretendo cambiar la ruta. Algo me detiene, no sé qué es. Avanzo, sin darme cuenta de lo que sucede alrededor. La tarde ya casi termina, el cielo se pinta de añil, y pequeñas gotas sorprenden a los incautos. Unos cuantos maldicen y corren. Yo sigo, tranquilo, envolviéndome en la bruma, con el calor del frío. La calle ya está mojada. La lluvia ofrece la oportunidad de limpiar las almas, y pulir los ojos para que brillen mucho más. Quiero creer que nada de esto me sorprende; no es así. A pesar de que conozco el camino, a pesar de ser la ruta diaria, siempre me encuentro con cosas nuevas, sorprendentes. Y sonrío. Sí, sonrío al ver el horizonte apagarse; al sentir la lluvia sobre mi cabeza. Y los pájaros que cantan:

¿Cuántos cuentos
puede contar el viento?

¿Cuántas canciones
puede escuchar tu alma?

las flores que ven tus ojos
¿a dónde van?

y tu corazón
¿en qué lugar está?




jueves, 1 de julio de 2010

Hermano


He meditado sobre si la palabra "amistad" comprendía cabalmente el género de relaciones que no ligó, a Horacio Quiroga y a mí, y encuentro que sólo podríasela aplicar si diéramos al término una acepción arcaica que he perdido. El grado de intensidad, la absoluta objetividad personal y el desinterés que la ha caracterizado, exigirían para la palabra amistad una explicación harto sutil y difícil, sin que viniera a convertirse por ello mismo en otra limitación del concepto. "Hermandad" es más precisa. Indica, además de cuanto pueda significar la amistad, un ligamen, por decirlo así, irracional y superior por naturaleza a la relación aleatoria, basado en una identidad de sangre tal como lo expresa el uso corriente del vocablo gentilicio,y en una identidad de destino o parentesco fatídico en que entran como factores de la unión espiritual inclusive aquellos que pueden obstar o desmerecer la amistad. Suele usarse la palabra "hermano" en un sentido aproximado al que pretendo fijarle aquí, cuando lo usaron los paisanos para indicar, precisamente, no sólo camaradería sino la suerte común en que dos seres, unidos por vínculos afectivos, vienen a encontrarse en los azares de la vida. Lo que Martín Fierro expresa diciéndole a Cruz: "Ya veo que somos los dos/ astillas del mesmo palo"


Tomado de: "El hermano Quiroga". Ezequiel Martinez Estrada.