viernes, 20 de mayo de 2011

Difunto nombre

No importa que no llegues,
yo sé que tu presencia aún 
evoca viejos recuerdos


Que tal vez el rencor un día
se olvide de mi 
y te deje tranquila


Después de ese soliloquio de ira 
comprenderás lo inútil 
que es el odio 
cuando sabes que la muerte 
es inevitable 
y que tuve que irme 
sin nada que decir 
porque nunca quise decirte adiós 
pensando que te vería de nuevo 


Ya ves lo inhóspito que resulta 
no saber si se estará bien 
y lo desolado que me encuentro 
al verte entre espejos 
maldecir mi difunto nombre.

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