viernes, 14 de mayo de 2010

Escrituras


Yo puedo escribir cosas sobre las que no sé escribir. Sobre todo porque no sé escribir. Si las palabras brotaran fácilmente. Tal vez no me involucraría en universos conspirativos. Pero no sé desdoblarme; no puedo ser otro sino yo y solamente yo. Material para un cuento o una novela. No sé a que aproximarme, y por eso tal vez me alejo. No veo las cosas que han pasado ni me pregunto por aquellas que pasarán. No me pregunto por el futuro. Leí un poema de Alejandra Pizarnik en el que ella escribe que parió al cuerpo poético y que ella salía de su propio vientre. Ella se paría cada vez que escribía; nacía y moría cada vez que escribía; se nacía y se moría. No llegó a los cuarenta años. Yo no me pregunto si llegaré a los cuarenta; no me preocupo en lanzarme a través del vértigo de la paranoia y reflejarme en ejemplos que me rodean.


P.D: a veces las expectativas se sujetan de metáforas vacías.

2 comentarios:

Marcela dijo...

Hay una palabra que es hermosa en sí misma y en su significado: Empatía. Eso es lo que hay que sentir y tener para poder escribir de lo que sea. Y hay que ser irrespetuosos (en el buen sentido). Y no creo que sea necesario sufrir o morir jóvenes para ser un artista. Es algo que va mucho más allá. Igual todavía no encontré el camino para la escritura, para mí sigue siendo el mejor juego que jamás se ha jugado (de nuevo, juego en el buen sentido, algo hecho en serio)
Si querés la opinión de alguien que no sabe mucho de todo esto, pero que ama leer, creo que vas por buen camino...
Un beso.

Edu dijo...

Querida Marcela, tienes razón, la literatura es un juego, un gran juego donde todos jugamos; como lo hacía cortázar... yo trato de escribir alejándome de mis propias experiencias, pero a veces las tomo y las transformo para escribir... a veces parto de textos que he leído para escribir cosas como este escrito, me gusta mucho tu opinión, la comparto, y mientras se disfruta de la literatura, si amamos leer, y deseamos escribir historias -nuestras historias- si lo hacemos en serio y en broma, y jugamos con la literatura... vamos bien... aunque no conozcamos el camino.