jueves, 18 de septiembre de 2014

Barquitos de papel

Ir sin rumbo fijo y desembarcar en la bahía de los sueños...

Lo mejor que podemos hacer es mirar por la ventana y esperar a que escampe. Es curioso ver algunos barquitos de papel navegando por la calle. Al verlos, me pregunto a dónde irán a parar. Recordé los cuentos que inventábamos en torno a ello: un marinero contento porque al fin iría a casa, o en busca de aventuras; el deseo de todo niño con mucha imaginación: surcar los siete mares y enfrentarse con monstruos y encontrar tierras fantásticas o llegar hasta donde duerme el sol. Por eso navego sin rumbo fijo, esperando a que la tormenta amaine para poder izar de nuevo las velas.

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