
De nuevo, nada qué decir. El tiempo cuenta, lo sé. El tiempo corre. También lo sé. Lo que quisiera saber, lo que me gustaría saber es si en realidad nosotros estamos allí; si yo estoy allí. Miro la foto y la vuelvo a mirar y así por horas, y tengo la certeza de que no estoy. Esa es mi imagen, cierto, pero no soy yo. Todos me miran con cara de compasión, y yo, que ciertamente estoy perdido, no sé dónde estoy. Miro la cámara y comprendo lo inútil que es buscar explicaciones. No las hay, grito. No las hay. Sólo quiero hallar la manera de salir de aquí, de este encierro fotográfico.

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