El ruido del rudo del décimo piso
calla
subestima la paciencia
y el tiempo que pasa.
Pasivos desde el pavimento
contornos que nada tienen que hacer
y el cielo aún claro
muestra los augurios de una tormenta descomunal
¿Y ahora qué?
Sobre el silencio las miradas
lánguidas y el lamento en un susurro
sobre todo porque ahora
llueve
y se estremece la calle
bajo un asedio constante
de fuego
y nada detiene la explosión
Y ahora el punto final:
La tormenta apenas empieza.