I
Cuando estalla el último suspiro
queda el adiós y tal vez el para siempre.
Porque las pupilas se alejan más y más
invocando toda la oscuridad del universo
para dejar todo en silencio
para que las palabras nunca mueran
aunque el corazón se ausente.
Entonces la lluvia y todo el invierno
se posan sobre el pecho que llora y maldice
la hora
pero no hay tiempo
Cuando estalla el último suspiro
queda una lágrima y un último beso.
II
El tiempo
ese sutil silencio
que nos espera
y nos mira
lleno de culpas y rencores
inexorable
marca que nos deja
cicatrices que miran
un poema más
una sonrisa
el vuelo de la noche.
III
Aún estando firme en esa decadencia pura
y convertir la sonrisa en algo más
y encontrar el agua llena de suspiros
cuando el lamento se transforma en lluvia
y nubes bordean las montañas
cuando no queda más que mirar la aurora
y los atardeceres fugaces
cuando el sentido de la vida es muerte
y ojos ocultan el dolor inmensurable
porque somos polvo sin sentido
caminos dispersos en no lugares
y fuego que desola
porque es tan cálido el olvido
cuando el último átomo se torne
y seamos de pronto cenizas
o sólo la palabra subjetiva
que cambará cuando seamos por
fin este reducto lleno de insomnios y temores.